Los productores han lanzado un grito de auxilio y han asegurado que «están pagando la factura de la inflación», por lo que han pedido ayuda al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).

Han señalado a la industria y a la gran distribución como los que tienen la responsabilidad de pagar un precio justo a los granjeros, que llevan varios meses afrontando una «situación límite».

Los productores avícolas han denunciado que sus costes de producción han aumentado, incluyendo la energía, los combustibles y las materias primas necesarias para continuar con la actividad, sin que apenas haya variado el precio que perciben de las integradoras.

Las organizaciones agrarias se han dirigido a la patronal Avianza, que agrupa a las industrias integradoras, a las asociaciones de la gran distribución, y al MAPA para exigir un «cambio de actitud inmediato que asegure la supervivencia de los granjeros de pollo españoles».

«Son las granjas de producción las que están pagando la factura de esta crisis, junto con los consumidores, porque el precio de venta al consumidor se ha visto incrementado sin que se haya producido un reparto de este aumento a lo largo de la cadena de valor», han apuntado Asaja, COAG y UPA.